31 de enero de 2012

Mejorando nuestras fotos VIII. LA LUZ (2)


Hoy vamos a intentar conseguir que nuestra cámara nos entregue una fotografía correctamente expuesta. Aunque se puede mejorar desde el archivo RAW, siempre es mejor que haya que corregir lo menos posible, ahorrándonos tiempo de postproceso.

Permitidme la licencia de prescindir de conceptos muy técnicos hoy. Considerad más que un tutorial, unas reflexiones en voz alta. Ya seguiremos otro día con "mas caña" y "palabros" de esos que tanto os gustan.

La exposición "perfecta"

Prácticamente en el 90% de los casos, el mecanismo de exposición automático de la cámara puede ofrecer óptimos resultados, pero el factor más importante para obtener la exposición idónea es intentar anticiparse al aspecto que tendrá la imagen obtenida.



Si bien el exposímetro "no se equivoca", nuestro criterio al elegir el tipo de medición o el lugar de la misma, sí. Esta decisión es personal, y cabe un cierto margen de "interpretación" de lo oscura o clara que resulta la imagen. Lo que deberíamos pretender es conseguir una foto con el máximo posible de información, tanto en las zonas claras (luces) como en las oscuras (sombras), procurando que aquéllas no se nos quemen ni éstas se nos empasten. Además, sería deseable obtener una diferencia suficientemente apreciable entre el motivo fotografiado y su fondo o entorno.

Casi todas las cámaras ofrecen tres sistemas de medición (puntual, ponderada al centro o matricial/evaluativa). Escoger la apropiada puede ser la diferencia entre una foto mediocre o una gran foto. Un "truco" general suele ser el de utilizar para casi todo la medición matricial, salvo cuando existan muchos pasos EV entre sombras y luces, donde habrá que utilizar la ponderada al centro (reencuadrando una vez hecha la medición) o la puntual (aconsejada para motivos muy diferentes a su entorno).

Es conveniente controlar la exposición que nos sugiere el exposímetro de la cámara. Puede que no siempre sea correcta... saber cuándo y cómo sub o sobreexponer, puede salvarnos muchas tomas de la papelera. Vamos a ver las diferentes fuentes y tipos de luz, para intentar actuar en consecuencia.

Luz solar

Si bien aquí la fuente siempre es la misma, nuestro sol, su intensidad y dirección varían no sólo a lo largo del año, sino en un mismo día... y dentro de la misma hora. Debemos considerar las variables que pueden influir en la luz que nos encontraremos para realizar nuestra foto: dirección, matiz y temperatura de color.

Todos sabemos que no es lo mismo el sol de la primavera que el del invierno; tampoco es lo mismo para La Coruña que para Las Palmas de Gran Canaria.

Las estaciones están originadas por la inclinación del eje de rotación de la tierra, lo que hace que el arco descrito por el sol sea diferente para cada día del año. Independientemente de que nos hallemos en verano o en invierno, siempre debemos evitar las fotos realizadas al sol en las horas centrales del día, salvo en días nublados o en zonas en las que podamos evitar la dureza de un sol cenital. Claro que no es lo mismo si nos encontramos en Islandia que si estamos en El Cairo, pero siempre que hagamos fotografías con luz solar directa, hemos de procurar utilizar los horarios cercanos a la franja denominada "hora azul", descrita como la luz del sol SIN SOL, es decir, justo antes de amanecer y justo después de atardecer, si bien ciertos fenómenos meteorológicos pueden ser aliados nuestros a la hora de tamizar la luz del sol: una tormenta de verano, justo cuando aparecen los nubarrones negros, tiene instantes de luz perfectos... o unas nubes altas y compactas cuando nos "tapan" el sol, que ayudan a que la cúpula celeste ejerza su función de reflector gigante, proporcionando una luz perfecta para retratos.

Luz de apoyo: flash integrado
Luz de apoyo: flash integrado


Si consideramos que aproximadamente a los 40º de elevación la luz solar está en su máxima potencia o intensidad, para fotografiar paisajes, tendremos en cuenta que la mejor luz vendrá cuando el sol no haya pasado de los 20º (dependiendo de la época y la latitud, puede ser entre una y dos horas después de amanecer o antes de anochecer).

Valldemosa
Valldemosa


Por supuesto, podemos hacer fotos al mediodía, cuando el sol esté en todo lo alto, pero carecerán de interés, no habrá sombras o éstas serán muy cortas y, por ejemplo, para retratos, al estar la fuente de luz tan perpendicular, las propias órbitas ocultarán en una sombra espesa los ojos (el alma de los retratos).

Podremos también aprovechar las sombras para hacer contraluces, siluetas y otro tipo de fotografías también muy atractivas. Y cómo no, aprovechar los días nublados (la luz carece de sombras, ya que está muy matizada) para otro tipo de fotografía, como la urbana o arquitectónica.

Pero si podemos escoger, la mejor fuente de luz solar indirecta, incluso en las horas centrales, es una ventana orientada al norte, ya que la luz que entrará por ella será la reflejada por el cielo desde un lugar en sombra. Aquí es donde interviene el color de la luz. Y donde entra en juego el balance de blancos de nuestra cámara. Dependiendo de si se trata de la mañana o la tarde este color puede variar ostensiblemente.

El matiz vendrá dado por la orientación del sol con relación al motivo fotografiado, así como por los obstáculos que debe afrontar la luz incidente. En muchos casos será conveniente utilizar iluminación artificial para corregir las grandes oscilaciones entre luces y sombras. El flash incorporado en la cámara puede ser un buen aliado.

La medición de la luz y, en consecuencia, la exposición, dependen del motivo a fotografiar y de la proporción existente entre luces y sombras. Muchas veces deberíamos recurrir (si es posible) a tomar una imagen de prueba con la medición matricial y observar el histograma resultante. Si vemos que queda muy empastada (histograma a la izquierda), pasaremos a medición puntual o ponderada al centro y BLOQUEAREMOS LA EXPOSICIÓN (sí, el botón ese que no sabíamos para qué servía), repitiendo la toma y observando de nuevo la foto en la pantalla. Con los datos recabados de las dos tomas, actuaremos en consecuencia, sobre o subexponiendo nuestra toma para conseguir el mejor equilibrio y el mayor rango dinámico posible.

La utilización de filtros, contrariamente a lo que se puede oír por ahí es totalmente compatible con la fotografía digital. No es lo mismo aplicar un filtro A POSTERIORI, mediante el tratamiento fotográfico que hacerlo cuando se toma la foto. El rango dinámico obtenido siempre es mejor con el filtro fotográfico que en el retoque.

Filtro tabaco para el cielo
Filtro tabaco para el cielo


La mayor variación del color de la luz solar, se produce durante la media hora antes de amanecer y la media hora antes de anochecer. Además de la incidencia (inclinación del sol, diferente en cada estación), otros factores como nubes, atmósfera, humedad, temperatura ambiente, pueden influir definitivamente en el color del amanecer o del anochecer. De hecho, menos los verdes (muy raros), podemos encontrarnos con casi todo el arco iris, desde violetas a rojos, pasando por amarillos, naranjas o azules: cada día es una sorpresa. Aprovechemos esos minutos.

También con el filtro tabaco, aprovechando la "casi" puesta de sol
También con el filtro tabaco, aprovechando la "casi" puesta de sol


Luz artificial

Si con el sol tenemos variaciones dependiendo de orientación, latitud y horario, con la luz artificial estas diferencias siempre van a venir determinadas por la intensidad de la fuente de luz.

Afortunadamente, con la llegada de la fotografía digital y la posibilidad de cambiar el ISO o utilizar largas exposiciones, podemos aprovechar cualquier fuente de luz que antes era impensable. Siempre asesorados por la visualización en la pantalla podremos variar los parámetros utilizados sin por ello tener que descartar determinadas tomas.

Altar interior de la Catedral de Palma
Altar interior de la Catedral de Palma


Podemos utilizar desde linternas de leds, cajas de luz, focos, flashes inalámbricos, paraguas... hasta la luz de una vela. Y si no, ved lo que son capaces de hacer los fanáticos del "lightpainting" con las bengalas o del "strobist" con los flashes de hace cuatro décadas (sólo con colocar cualquiera de esas dos palabras en un buscador, tendremos cientos de ejemplos).

El balance de blancos tiene su mayor aplicación con la luz artificial. De todos son conocidas las dos opciones "típicas" de cualquier cámara: tungsteno y fluorescente. Si bien la luz amarilla del tungsteno está desapareciendo poco a poco gracias a las bombillas de bajo consumo, que producen una luz más blanca.

En cualquier caso (y esto va en gustos, como todo), para un retrato seguiré prefiriendo la luz natural que entra por una ventana (matizada por unos visillos) si acaso "apoyada" por algo de strobist con flashes a 1/4 o menos de su potencia, bien orientados.

Las luces de la ciudad también son una fuente de inspiración para muchos fotógrafos. Hay grandísimas fotos de la iluminación urbana nocturna, incluso tomas panorámicas espectaculares, con largas exposiciones y mostrando las estrellas. Luces de neón, rótulos, farolas, fuegos artificiales... también pueden ser aliados de una buena toma.

Conclusión

Tanto de la luz natural como de la artificial se pueden conseguir las exposiciones perfectas. Únicamente consiste en MEDIR correctamente la luz con el exposímetro de nuestra cámara, escogiendo el método de medición apropiado (dependiendo de la escena) y sub o sobreexponiendo convenientemente. Si lo que perseguimos es una iluminación cuidada hasta el mínimo detalle para retrato, necesitaremos un estudio, con luces homogéneas y bien distribuidas, pero nunca olvidemos la luz de una ventana... sobre todo si ésta está orientada al norte, con o sin iluminación de apoyo.

Palma al atardecer
Palma al atardecer


Por hoy no quiero extenderme más. Otro día seguiremos hablando de la luz... y prometo poner algún enlace...

Las imágenes que acompañan al artículo (menos la primera), son todas de mis vacaciones en Palma. Os aconsejo que vayais si podeis. Merece la pena.

Salud.

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