1 de noviembre de 2011

Mejorando nuestras fotos. I. EL RETRATO

Comenzamos con el presente una serie de artículos titulados genéricamente "Mejorando nuestras fotos". Hoy hablaremos sobre EL RETRATO.



Atendiendo a la definición que da la Real Academia, en su primera acepción, un retrato es la «pintura o efigie principalmente de una persona», pero también, si nos fijamos en la segunda acepción, es la «descripción de la figura o carácter, o sea, de las cualidades físicas o morales de una persona».

Precisamente en estas dos definiciones está enmarcado (nunca mejor dicho) el retrato fotográfico: en ambas; no se trata únicamente de acercarnos a la primera. Lo que debemos de intentar conseguir es LA SEGUNDA fundamentalmente.




Si en algo se diferencia la pintura de la fotografía es precisamente en que esta última pretende ser un reflejo FIEL de la realidad, pero además… del momento, por lo tanto, para conseguir esa esencia, nos fijaremos en una serie de consejos recomendados por los expertos, a fin de expresar, a través de una fotografía LA ESENCIA de una persona (o personas) en un momento determinado y preciso.

1. Cuando pretendemos realizar retrato, ya sea una sesión de fotos o una simple toma, lo principal es conseguir crear un ambiente favorable para ello. Es necesario que la persona fotografiada se encuentre cómoda, sin rigidez o artificiosidad. Nada mejor que conocer a quien vamos a fotografiar. Entablar una conversación distendida previa, suele ser un buen primer paso, de modo que quien posa (voluntariamente o no), no se fije demasiado en la cámara. El ambiente idóneo dependerá de la personalidad de cada uno, pero también del momento y lugar (circunstancias) de la toma. Dicha atmósfera se puede conseguir con música, con una broma o simplemente conversando.

2. Una vez conseguido dicho ambiente, el segundo paso deseable sería cuidar el fondo. Si estamos en un estudio esto no es complicado, pero si el retrato es fuera de este entorno ideal, debemos ser muy cuidadosos con la elección del lugar (y el momento), procurando, en la medida de lo posible, fondos neutros o desenfocados, que no confundan o se mezclen con el motivo de la fotografía. Aunque parezca algo secundario, un buen fondo (o bien desenfocado) añade valor a un buen retrato.

3. Iluminación. Si estamos en un estudio, este es un punto que debería estar solventado. De todos es conocida la disposición 45º / 45º (luz principal a la izquierda del fotógrafo y luz secundaria menos intensa a la derecha para suavizar las sombras, ambas a 45º aproximadamente). No soy un experto en iluminación de estudio, pero esta combinación suele funcionar bastante bien. Dependiendo de nuestros objetivos, todas las disposiciones diferentes imaginables de focos, paraguas, cajas de luz y flashes son posibles.

Pero … ¿qué ocurre cuando las condiciones las tenemos menos controladas? Para retratos, la mejor luz (como para casi todo tipo de fotografía en exteriores) es la del amanecer o atardecer. Cuando esta luz no es posible, o en interiores, utilizar la luz proporcionada por una ventana, acompañada de una superficie blanca que la refleje puede ser una buena opción. Todos somos conscientes de que no vamos a llevar en la mochila un reflector… pero para un retrato nos puede servir casi cualquier superficie mate y clara que encontremos, desde un folio hasta la blusa blanca de una acompañante (recordemos que eso no va a salir en nuestra foto). Muchas veces, el apoyo de un flash de relleno a baja potencia, incluso el propio flash incorporado de nuestra cámara, es un aliado perfecto.

4. Encuadre. Tradicionalmente se han venido definiendo en la fotografía de retratos cinco planos “canónicos”, los más utilizados y definidos también en el vídeo y el cine.

No olvidemos que las normas están para romperse, y la composición de una fotografía, sea esta un retrato, un paisaje o cualquier otra disciplina, es algo inherente al propio fotógrafo y, por tanto, subjetivo (y por supuesto, creativo). Dicho esto, recordaremos esos cinco planos “consuetudinarios”:

a) Primerísimo plano (probablemente el más creativo de todos). Incluye únicamente una parte de la cara.
b) Primer plano. El más utilizado: rostro completo, y en ocasiones cuello y una mínima parte de los hombros (sin llegar al “busto” de la escultura)
c) Plano medio. Aquí incluiríamos el pecho y parte de los brazos, sin llegar al codo (recordemos la regla que indica que no es aconsejable cortar por las articulaciones)
d) Plano americano (3/4). De medio muslo hacia arriba (suficientemente por encima de la rodilla)
e) Plano general. Aquí incluiremos completamente a nuestro personaje y parte de su entorno.
Aunque no imprescindible, es conveniente situar la parte más importante del retrato —los ojos— en un punto fuerte de nuestra foto (aplicando la regla de los tercios, la sección áurea u otras reglas fotográficas).

Ya me estoy arrepintiendo de haber subido esta foto :(





5. Enfoque. Este punto es crucial en los retratos, y aquí siempre tendremos en cuenta (salvo en determinados primerísimos planos o composiciones más arriesgadas) que LOS OJOS HABLAN, por encima de otros rasgos. Por tanto, conseguir unos ojos nítidos es fundamental en un retrato. En la comunicación cotidiana, son nuestra referencia continua y tendemos a dirigir nuestra vista hacia ellos de forma subconsciente: para que esa comunicación exista entre un retrato (frío, inmóvil) es necesario que los ojos sean el foco de mayor interés, sobre todo en primeros planos y planos medios. Además, el desenfoque necesario de las partes menos importantes (accesorias) de un retrato, hace que se enfatice más este enfoque necesario.

Algo fundamental, sobre todo a la hora de fotografiar a niños, es situarse a su altura, colocando los ojos al mismo nivel que el objetivo de nuestra cámara. Aunque se pueden utilizar como recursos otras composiciones (picados, contrapicados, tomas laterales o de perfil, siluetas o contraluces), lo ideal es visualizar un retrato donde los ojos estén a nuestra misma altura, con las pupilas en el centro del ojo.

6. Equipo. Un retrato puede ser hecho con una cámara compacta… incluso con un móvil. Pero no nos engañemos… un BUEN retrato, necesita un juego de enfoque/desenfoque que nos ayude a centrar el interés donde es necesario. Por ello, un buen cristal, con una gran apertura, se hace prácticamente imprescindible. La focal “idónea” depende mucho de la distancia al sujeto y de nuestra proximidad o afinidad, pero digamos que los 50-90mm. en APS-C o los 80-135mm. en full-frame (o equivalente 35mm.) son los rangos más aconsejables. También un teleobjetivo puede ser un gran aliado para retratos, ya que conseguiremos unos fondos más equilibrados y más acordes a la importancia del sujeto. Sea cual sea la focal que escojamos, es conveniente que sea nítida a grandes aperturas, lo que nos ayudará a conseguir fotos menos planas y que expresen mejor “la personalidad” del retratado.

7. Disparo. En esta disciplina es fundamental tener cuidado con el MOMENTO en que se hace la foto… unos ojos cerrados o una expresión “poco afortunada” producen desazón en el cuarto oscuro. Con la tecnología actual (donde rollos y revelados influyen menos), no es muy difícil acceder al disparo continuo (ráfaga) en nuestra cámara. Digamos que es más fácil que no aparezcan unos ojos cerrados si hacemos una ráfaga de tres disparos (por ejemplo). Lo importante es captar la esencia del momento y de la personalidad del retratado, por lo tanto, no es aconsejable mantener en expectación al protagonista… es mejor hacer fotos cuando este no se sienta “mirado” por la cámara, obtendremos tomas más naturales.

No es conveniente utilizar velocidades por debajo de las recomendadas para nuestro objetivo (si tiramos con un 85mm., por ejemplo, la velocidad mínima de disparo sería 1/80; mejor 1/100; para focales más cortas, como el 50mm., podremos hacer tomas hasta 1/60 o 1/50). Es mejor jugar con los valores ISO y las grandes aperturas que arriesgarnos a tener una fotografía desenfocada o trepidada.

8. Postproceso. Aunque puede que nos guste cómo ha quedado en la pantalla de la cámara… cuando abramos nuestro RAW, y dependiendo de la calidad de nuestros cristales, vamos a encontrarnos con que la nitidez extrema en la cara nunca es aconsejable. Nadie tiene la piel del rostro como una muñeca de porcelana. Todos tenemos pequeños defectos, arrugas, manchas, etc., por lo que suele ser recomendable (también depende del sujeto) un suavizado de estas zonas. Existen muchos programas específicamente orientados al tratamiento de retratos, pero nos podemos arreglar con nuestro software habitual utilizando suaves desenfoques.

Una de las disciplinas donde mejor encaja el blanco y negro y los virados son los retratos. En muchos casos (siempre dependiendo del momento y el protagonista), un retrato en blanco y negro hace que nos concentremos más en los rasgos de personalidad del retratado, ya que el color no hace que nos despistemos con complementos o diferencias de tono de la ropa, por ejemplo. Puede que transmitan más y mejor esos ojos enfocados en un blanco y negro o un virado que en una fotografía en color. No olvidemos perder unos minutos en comprobar esta posibilidad.

...

Como siempre, y en cualquier disciplina dentro de la fotografía, no existen NORMAS que sea imprescindible seguir a rajatabla, pero sí es conveniente tenerlas presentes a la hora de realizar nuestras fotografías (aunque sea para romperlas). La creatividad de cada uno dicta el resultado final, por lo tanto, aunque a veces hay que ser “cuadriculados”, ES NECESARIO romper con los cánones y SORPRENDER con un retrato. Soy de la opinión de que “hay que probarlo todo”… solo así continuaremos aprendiendo y mejorando día a día.

En los siguientes enlaces podéis encontrar cientos de ideas para innovar. Solo hay que atreverse:

15 consejos para retratar a desconocidos
Retratos: consejos para lograrlos
10 ways to take stunning portraits
10 consejos básicos para hacer retratos —incluye vídeo—
Retratos al aire libre; parte I y parte II
La técnica del retrato


La idea es que este artículo sea el primero de una serie. Poco a poco iremos descubriendo las distintas disciplinas del apasionante mundo de la fotografía.

Salud.

© Javier Díaz Barrera, 2010


Enlace al artículo en Sonymage.

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